jueves, 30 de mayo de 2013

Una batalla épica


Cuando el fútbol es tu vida.Cada partido cuenta, es importante y tienes que ganarlo sí o sí. En el colegio eso se demuestra en las olimpiadas. Donde la rivalidad es más grande que un Alianza vs Universitario. Hay dos grados que toman mucha presencia tercero y cuarto de secundaria. Rivales de toda la vida, peleas interminables entre sus integrantes. Se enfrentan en un campo juego, seis contra seis y en juego está el honor de un grado. El equipo que gane se lleva toda la gloria, el perdedor nada, excepto burlas.

Es el mes de octubre y empezó ‘Flodepo’ (así se llama las olimpiadas en mi colegio). Mi equipo y yo habíamos pasado a la final. Tras un duro partido frente a quinto, ganando en la tanda de penales 5 a 4. Llegaba a la final nerviosa, ansiosa, pero a la vez segura. Sabía que tenía un buen equipo, a diferencia de otros años lo había armado yo. En el arco estaba Milagros Albarracín la revelación (atajo el penal  para victoria y de pase a la final). En la defensa Josefina Velazco y Giorjana Correa, eran aguerridas y hacen lo que sea por defender su arco. En el medio campo MaricieloCollantes y yo. De punta o nueve Cinthya Arriola, ella era la indicada para ese puesto le gustaba molestar a los rivales.

Era la hora del partido serian como las 12 del día, no había sol, se podía percibir la tensión. Entre al campo y tenía la cabeza llena de las cosas que habían pasado la semana antes de ‘Flodepo’. Me acorde de todo lo que decían: que no íbamos a poder ganar, que Lesly Pizarro nos iba a comer vivas. Con todas ideas en la mente empezamos el partido. Sentía como el equipo contrario me miraba y sabía que me iban a marcar bien. Las primeras opciones fueron de ellas, Milagros respondió bien y  eso le dio confianza. No podía juagar bien cada vez que yo tocaba el balón había alguien ahí como mi sombra molestándome.

Me  veía con el balón y rodeada de 3 o 4 tratando de quitarme la pelota. Me sentía aprisionada, so tenía tiempo para pensar.  No había salida, estábamos metidas en nuestro campo acorraladas. Felizmente mi defensa funciono, no recibimos ningún gol (uffff). De ahí todo empezó a mejorar Cinthya lograba que la defensa se equivoque. Yo podía tener más el balón (genial).   Empezamos a funcionar (al fin, estaba a punto de llorar).

Estábamos llegando al arco contrario, habíamos tenido una oportunidad de gol. Ellas tenían saque de meta. Yo estaba en la mitad de la cancha, estaba vigilando a Tuiny (la que mejor jugaba de su equipo). Saca Diana (su arquera) de pronto la pelota me cae en los pies, con un segundo para pensar. Vino tuiny a quitarme el balón, la esquive, quedo toda la banda derecha libre. Corrí a toda velocidad, me perseguían 3 chicas como perros hambrientos en busca de un hueso. Me metí en su área, faltaba poco para llegar a la línea de fondo, así que decidí patear.

¡Goooooooolllllll!. Fue lo único que se escuchó en mi cabeza, la pelota entro entre las piernas de la arquera. Voltee y lo primero que vi fue la cara de los de cuarto, tristes y decepcionados. Luego corrí a abrazar a mi equipo, vi en sus caras alegría. En ese momento sabía que podíamos salir campeonas. En la tribuna los de mi grado se volvían locos. Pero ya se va a reanudar el partido hay que meterse de nuevo y mantener la victoria.
Seguimos con el partido, yo me retrase, se adelantó Giorjana. Ella y Maricielo eran como laterales que se corrían toda la banda y causaban estragos en la defensa rival.  La pelota paraba fuera del campo  ya que el equipo rival la mandaba siempre al lateral. Ellas hicieron un cambio de arquera. Josefian sacó del lateral me la dio, la pise me hice el espacio, remate a arco, ¡clank!, al palo (rayos que mala suerte).

Fue en un momento del partido en que no pasaba nada, se disputaba la pelota, pero ellas estaban desesperadas. Nosotras en cambio estábamos tranquilas, con un gol arriba no nos van a ganar. La rivalidad era muy grande, en esos momentos se me viene a la cabeza todos los partidos perdidos. Era revancha de un partido jugado hace dos años que nos ganaron 2 a 0. Les quería devolver el favor y que marquemos el segundo.

Me acuerdo bien de la jugada del segundo gol, ellas la habían rechazado al lateral, como en todo el partido. Yo estaba hablando con Cinthya, fui corriendo a hacer el lateral. Ella se puso entre las defensoras, yo la vi saque el lateral hacia ella. Se quedó corto, pero le cayó en la mano a una de las defensas. ¡Penal!, los del grado se volvieron locos.

Tomé el balón, lo puse en el punto de penal. Mientras yo hacía eso mi equipo celebraba, sabían que iba a meter esa pelota entre los tres palos. Me pare frente al balón, veía a la arquera, escuchaba al los de cuarto desesperado y decían que falle y de fondo escuchaba a mi grado gritando ¡Ni-nosh-ka, Ni-nosh-ka! No podía fallar. Sonó el pitido del árbitro, patee la pelota con el empeine, dándole un efecto medio raro. Parecía que se iba al medio pero se fue al palo derecho. Choco en el palo y se metió. ¡Gooooooolllllll!. Grite, y junto a mí el equipo y el grado. Me abrase con todo el equipo, ya está ganamos. Al fin campeonas (ya era hora).

Solo quería que se acabe el partido. Y fue entonces cuando tenía la pelota el árbitro toco el pitido final. Avalancha de gente, la promoción se metió al campo a celebrar. Sin duda es el mejor partido que he jugado. Todo era alegría y diversión. Eran otras caras a las del año pasado que eran tristeza y decepción. Para esos momentos de gloria vive una amante del fútbol, sobre todo si vienes luego de momentos de tristeza.

Crónica 
Ninoshka Muzychko

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